Historia en Español

by Sean Moran | PCP PIRE Research Associate

Only a few short days after returning to Gainesville from the fun-filled PIRE All Hands Meeting in western Nebraska, I was back on a plane flying north to Cincinnati, Ohio with science education postdoc, Cheryl McLaughlin. Our goal was to pilot test a new three-lesson module focusing on the evolution of horses.

Sean Moran with a modern horse skull and assorted fossil teeth from the horse evolution module. © Photo by Cristina Robins
Sean Moran with a modern horse skull and assorted fossil teeth from the horse evolution module. © Photo by Cristina Robins

This was to be used as an instrument to teach natural selection and evolution in two Honors Biology classes at St. Ursula Academy. The lesson itself uses horse hypsodonty, or increased tooth crown height, over time to look at long scale evolutionary patterns and potential underlying causes, such as changes in food resources. The great thing about this lesson plan is that the students get to handle and measure a combination of real fossil horse teeth, casts of actual teeth and digital images to investigate a variety of aspects in horse evolution.

While Cheryl spent the three days evaluating and recording video of the classes for further assessment, I was assisting in the implementation of the lesson with the teacher, Jennifer Broo, as well as providing content support. I fully enjoyed my time teaching the students to use a digital caliper to measure fossils and how to identify important characters on horse teeth like the connectedness of the protocone and the complexity of the enamel plications. Not to end with a cliché, but by the end of the week it was incredibly rewarding to see the excitement and sense of wonder some of the students gleaned from their experience with the lesson. This was especially evident when the students realized that the fossil horse teeth they were holding were about 18 million years old and evolved from a horse the size of a small dog.

All in all, both Cheryl and I had a great time helping to teach horse evolution to the Honors Biology classes of St. Ursula Academy and we even had some free time to tour some of the great sights around Cincinnati. We are very excited to continue the improvement and implementation of this lesson around the country in places such as Florida, New Mexico and California.



by Sean Moran | Asistente de Investigación PCP PIRE

A pocos días después de regresar a Gainesville de la divertida reunión “Todas las Manos” en el oeste de Nebraska, estuve de vuelta en un avión volando hacia el norte de Cincinnati, Ohio, con la post-doctorante en educación de ciencias, Cheryl McLaughlin. Nuestro gol era hacer una prueba piloto de un módulo de tres lecciones enfocado en la evolución de los caballos.

Sean Moran with a modern horse skull and assorted fossil teeth from the horse evolution module. © Photo by Cristina Robins
Sean Moran con un cráneo de caballo actual y una variedad de dientes fósiles del módulo educativo en evolución de caballos. © Foto por Cristina Robins.

Esto iba a ser usado como un instrumento para enseñar selección natural y evolución en dos clases avanzadas de biología en la Academia Santa Úrsula. La lección en sí usa la hipsodoncia de los caballos, o el incremento en la corona dentaria, a través del tiempo para observar los patrones evolutivos de larga escala y las posibles causas subyacentes, tales como los cambios en las fuentes de alimento. Lo genial acerca de esta lección es que los estudiantes tienen la posibilidad de tocar y medir dientes de caballos fósiles reales, moldes de dientes reales e imágenes digitales para investigar una variedad de aspectos de la evolución de los caballos.

Mientras Cheryl pasó los tres días evaluando y grabando videos de las clases para evaluaciones posteriores, yo estuve asistiendo en la implementación de la lección con la profesora Jennifer Broo así como ayudando en el contenido de la misma. Disfruté plenamente de mi tiempo enseñando a los estudiantes a utilizar un calibrador digital para medir los fósiles y cómo identificar caracteres importantes en los dientes de caballos, como la conectividad del protocono y la complejidad de los pliegues del esmalte. No quisiera terminar con un cliché, pero al final de la semana fue muy gratificante ver el entusiasmo y el asombro de algunos de los estudiantes por su experiencia con la lección. Esto fue particularmente evidente cuando los estudiantes se dieron cuenta de que los dientes de caballos fósiles que sostenían tenían unos 18 millones de años y evolucionaron a partir de un caballo del tamaño de un perro pequeño.

Tanto Cheryl como yo la pasamos muy bien ayudando a enseñar sobre la evolución de los caballos a las clases de biología avanzada de la Academia Santa Úrsula e incluso tuvimos un poco de tiempo libre para visitar algunos lugares turísticos de interés en Cincinnati. Estamos muy contentos de continuar con la mejora y puesta en práctica de esta lección en todo el país en lugares como Florida, Nuevo México y California.